Cinco errores comunes en reformas (y cómo evitarlos)
- sandranruiz
- 23 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 21 jul

Visitas de obra de El Cortijo.
Las reformas son procesos complejos. Por mucho que se intente planificar, siempre existe un grado de incertidumbre. Sin embargo, hay ciertos errores que se repiten con frecuencia y que, con un poco de previsión, se pueden evitar.
Este artículo resume cinco de los fallos más habituales que suelen aparecer durante una reforma, tanto en viviendas como en locales, y algunas recomendaciones prácticas para evitarlos desde el inicio.
1. Comenzar sin un presupuesto claro y completo
Uno de los errores más frecuentes es empezar sin tener un presupuesto realista. A menudo se subestiman los costes indirectos, los acabados o los posibles imprevistos.
Qué hacer:
Antes de tomar decisiones, conviene definir un presupuesto total (incluyendo IVA, tasas, honorarios técnicos y márgenes de contingencia) y priorizar en función de ese límite.
2. Tomar decisiones sobre la marcha
Modificar decisiones una vez iniciada la obra tiene consecuencias: puede alterar los plazos, los costes y la coordinación entre gremios. Cambiar una posición de enchufe o una distribución puede parecer algo menor, pero implica reajustes técnicos y logísticos.
Qué hacer:
Dedicar el tiempo necesario a definir el proyecto antes de comenzar. Una toma de decisiones pausada en la fase previa ahorra muchos problemas durante la ejecución.
3. No contar con documentación técnica suficiente
Empezar una reforma con planos incompletos o sin una memoria detallada de materiales y soluciones constructivas puede llevar a malentendidos entre cliente, dirección facultativa y constructora.
Qué hacer:
Trabajar con un proyecto técnico completo: planos acotados, mediciones, detalles constructivos y memoria de calidades. Esto no solo facilita la obra, sino que protege legal y económicamente a todas las partes.
4. Desconocer los tiempos reales del proceso
Los plazos de obra pueden alargarse por razones ajenas a la ejecución: permisos, plazos de fabricación, transporte de materiales, etc. Planificar con márgenes realistas es clave.
Qué hacer:
Consultar con los técnicos responsables todos los plazos —desde la fase de proyecto hasta la ejecución— y tener en cuenta que la coordinación entre oficios puede requerir tiempos de espera entre fases.
5. No prestar atención a los aspectos funcionales del diseño
Es fácil centrarse en acabados y estética, y pasar por alto decisiones clave relacionadas con el uso diario del espacio. Distribuciones poco prácticas, iluminación mal ubicada o falta de almacenamiento son errores habituales.
Qué hacer:
Reflexionar sobre el uso cotidiano del espacio: circulación, iluminación natural, necesidades reales. El diseño técnico debe equilibrar forma y función.
Este tipo de errores no siempre se pueden evitar al 100%, pero conocerlos ayuda a anticiparse. Una reforma bien planteada no depende solo de la ejecución, sino de las decisiones previas al inicio de obra.



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