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LO QUE GUATEMALA ME ENSEÑÓ SOBRE LA ARQUITECTURA Y SOBRE MÍ 🌍

  • sandranruiz
  • 24 mar
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 21 jul

Proceso creativo

Sección constructiva de proyecto de mercado en Alta Verapaz, Guatemala (TFM Arquitectura ETSAM)


Hay experiencias que te cambian la vida. La mía llegó de la mano de una ONG, cuando me dieron la oportunidad de liderar mi primer proyecto en Guatemala.


Fue un reto, pero sobre todo, una lección. Una de esas que no se aprenden en la universidad, sino en el terreno, con las manos en la obra y la mente abierta a todo lo que aún queda por descubrir.


Pero lo más interesante es que lo que aprendí allí no solo me hizo mejor arquitecto, sino que me dejó cinco enseñanzas que cualquier profesional—arquitecto o no—debería conocer.


1. La escasez de recursos te hace más creativo 🏗️


Cuando los recursos son limitados, las ideas tienen que ser ilimitadas. En Guatemala, cada material se reutilizaba, cada solución tenía que ser práctica y sostenible. Fue entonces cuando entendí que el diseño no es solo estética, sino ingenio. La escasez es un desafío que despierta la mejor versión de tu creatividad.



2. El lenguaje técnico no sirve si nadie te entiende 🗣️


En la universidad no nos enseñan a explicar un plano a alguien que no sabe de arquitectura o construcción. Allí aprendí a hablar con las manos, con bocetos rápidos en la tierra y con ejemplos sencillos.


Si tu mensaje no llega, no sirve. ¿Cuánto más efectivo seríamos si aprendieramos a explicarnos de verdad?



3. La arquitectura no empieza con un lápiz, sino con una conversación 🤝


Creemos que un proyecto arranca con el primer boceto, pero en realidad empieza cuando te sientas a escuchar. No puedes diseñar un espacio sin entender a las personas que van a vivir en él. Antes de trazar una línea, en Guatemala pasé días con la comunidad, observando cómo vivían, qué necesitaban y qué valoraban.



4. Adaptarse no es rendirse, es entender el contexto 🌱


En Guatemala, descubrí que no puedes imponer una idea sin considerar el entorno. Un diseño europeo no funciona en un clima tropical. Adaptarse no significa renunciar a la calidad, sino comprender lo que realmente funciona en cada lugar.


La flexibilidad es clave en cualquier ámbito. No se trata de hacer lo que tenías en mente, sino lo que realmente es necesario.



5. No consiste en construir edificios, sino de transformar vidas 🏡


La arquitectura es mucho más que estructuras. Es salud, seguridad, comunidad. Un buen diseño puede significar que una familia tenga ventilación en su casa y no enferme por el humo de la cocina. Puede ser la diferencia entre una escuela donde los niños quieren aprender o una que solo los resguarda de la lluvia.


Tu trabajo, sea cual sea, tiene un impacto en los demás. La pregunta es: ¿cómo puedes hacerlo más significativo?



La arquitectura (y la vida) se aprende viviéndola


Después de aquella experiencia, nunca volví a ver la arquitectura de la misma forma. Ya no se trataba solo de líneas y materiales, sino de personas, de necesidades reales y de cómo un espacio bien diseñado puede cambiarlo todo.


Por eso, involucrarse en proyectos sociales no es solo un acto de cooperación: es una de las mejores escuelas de vida y de profesión que existen.








 
 
 

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