Materiales que resisten el tiempo
- sandranruiz
- 9 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 21 jul

Foto de Edgar Fadrique.
Lo que permanece 🧱
En un mundo donde todo cambia tan rápido, donde los objetos se sustituyen en cuestión de meses y donde lo nuevo siempre parece mejor, elegir lo que perdura es una forma de resistencia. Y también, una forma de cuidado. Cuidado hacia lo que usamos, hacia cómo vivimos, hacia lo que dejamos que nos rodee.
La cerámica es uno de esos materiales que nos recuerda que la belleza no está en lo fugaz, sino en lo que atraviesa el tiempo. Ha sobrevivido siglos enterrada bajo tierra, ha pasado de generación en generación en muchas casas, ha conservado formas, colores y técnicas que siguen emocionando. Es historia, forma y huella.
La belleza de lo que envejece bien 🍂
Las cosas hechas con tiempo y para durar envejecen de otra manera. La cerámica no se esconde del paso del tiempo: lo asume y lo transforma en carácter. Cada pequeña marca, cada grieta sutil, habla de uso, de vida, de memoria.
En un hogar lleno de objetos que duran lo justo, una pieza de cerámica destaca como un pequeño ancla. No necesita llamar la atención. No sigue modas, las sobrevive.
Y esa permanencia es la que buscamos también en los espacios que diseñamos: suelos que se pisan durante décadas, paredes que respiran y envejecen con estilo, objetos que no se tiran, se heredan.
Una forma de mirar la vida 🧡
Elegir materiales duraderos, nobles, imperfectos, es una forma de vivir más consciente. En El Cortijo estudio creemos que cada proyecto no solo debe tener una estética, sino también una intención.
No se trata sólo de decoración o diseño. Se trata de sentirnos bien en los lugares que habitamos. De saber que lo que colocamos en casa tiene sentido, historia y peso. Que no fue fabricado en serie, sino pensado para quedarse. Y todo eso lo hace especial.
Volver a lo esencial 💫
Cuando vemos escenas como la de esta imagen —una jarra de barro, con sus múltiples utilidades— algo se activa. Una sensación de hogar, de calma, de autenticidad. Nos conecta con algo esencial, con una estética que no busca impresionar, sino acompañar y funcionar.
Diseñar desde ahí, desde lo esencial, desde lo que permanece, es una forma de cuidar. De cuidar el entorno, el oficio, el tiempo y, sobre todo, a quienes vivirán esos espacios.



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